Un plato de pasta con salsa de tomate es de lo más fácil de hacer y les gustan a todos, hemos complicado un poco la receta haciendo un jugo con tomates naturales y para darle más color le hemos añadido rúcula, veras como te gustan.
  • Ingredientes para la receta:

  • 360 g de pasta, 500 g de tomates pera duros, 200 g de rúcula, 1 cebolla pequeña, 2 dientes de ajos, aceite de oliva, agua para la cocción y sal.
    Opcionalmente: Al gusto queso rallado..


  • Preparación y cocción:

  • Lavar y pelar la cebolla y los ajos y picarlos muy finos. Pelar los tomates y cortarlos en daditos. Una vez que tengamos esto preparado poner a calentar agua. Una vez que hierva añadir sal dejar que vuelva a hervir e incorporar la pasta, cocerla al dente. En una sartén pochar la cebolla con los ajos. Incorporar el tomate y rehogar unos 10 minutos. Escurrir la pasta, añadirla al sofrito incorporando la rúcula y saltear unos minutos. Servir de inmediato y caliente, con el queso aparte para que cada uno se ponga lo que desee.


    J. M. Occhi - 09 · Octubre - 2023

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    Macarrones
    El origen de los macarrones sigue siendo un tema de discusión en la actualidad. Según algunas tesis, la cocina napolitana, en la época de la Magna Grecia, se basaba esencialmente en carnes y entrañas de animales asados, quesos de oveja y vinos muy alcohólicos. Los macarrones se remontan a esta época y el origen de su término deriva del nombre "makaira", que indica un cuchillo de hoja grande con el que se podía cortar en trozos una mezcla de harina como para hacer ñoquis. Según otras hipótesis, sin embargo, la palabra maccherone deriva de "macco", un antiguo puré de legumbres que se trituraba, "abollado", del mismo modo que el trigo se reduce a polvo para obtener harina. Lo cierto es que hoy los macarrones indican una pasta seca, obtenida a partir de sémola de trigo duro y agua.Se piensa que los macarrones son una invención napolitana, pero parece tener orígenes sicilianos. En el siglo XVIII, en Nápoles, ya estaban al alcance de todos gracias a la llegada de nuevas máquinas que permitieron su fabricación a gran escala. Inicialmente acompañados de verduras y queso, recién en el siglo XIX se tiñeron de rojo, gracias al uso de tomates.