• Plato sencillo de preparar con la verdura de temporada y unas buenas gambas el salteado con el ajo le dará el toque especial y si lo deseas añádele un poco de guindilla.
  • 1 kg de alcachofas
  • 1 limón
  • 200 g de gambas grandes congeladas
  • 3 dientes de ajos
  • Perejil
  • Aceite de oliva
  • Agua para la cocción
  • Sal

Lavar, quitar las hojas duras a las alcachofas, dividirlas en octavos, retirarles las barbas.

Ponerlas en agua con el limón exprimido para que no se oxiden.

Cocerlas en agua con sal durante 20 minutos o hasta que estén al dente, escurrirlas bien-

Pelar los ajos y filetearlos, dorarlo en aceite de oliva.

Incorporar las alcachofas y rehogar, finalmente añadir las gambas y dejar que tomen color.

Lavar y picar el perejil y incorporarlo al plato, servir caliente.


J. M. Occhi - 24 · Mayo - 2022

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La alcachofa tiene orígenes de Oriente Medio y ya era conocida en la época de los egipcios tanto con fines Fito terapéuticos como alimenticios. Su llegada a Italia se debe a los etruscos y así lo atestiguan las numerosas representaciones de hojas de alcachofa en capiteles y bajorrelieves en los templos egipcios y orientales. Hacia el año mil los árabes la descubrieron en Sicilia y desarrollaron una nueva variedad que trajeron a España.


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Perteneciente a la familia de los crustáceos y presente en la naturaleza bajo diferentes especies por su carácter genético, de agua dulce o salada, las gambas tienen diez patas y un cuerpo dividido en tres partes: una cabeza que también incluye el tórax, un abdomen (la famosa cola del camarón) y una cola adecuada. Para empezar: gambas capturadas en la naturaleza versus o gambas de cultivo. Las podemos encontrar fresca , congelas y peladas muy utilizada en platos de cocina debido a su menor precio.


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El perejil (Petroselinum Hortense) era bien conocido por los pueblos antiguos que lo usaban para fines particulares. Los griegos adornaban sus Los romanos la utilizaban para decorar las tumbas de los familiares, mientras que los etruscos la consideraban una planta mágica, útil en ritos propiciatorios o en farmacopeas para preparar ungüentos. Fue en la Edad Media cuando, habiendo perdido la asociación simbólica romana con el mundo de los muertos, el perejil obtuvo un gran reconocimiento popular. Su presencia se hizo habitual en la cocina, de ahí el lema “ser como el perejil” para indicar algo o alguien omnipresente. El perejil cultivado tanto en maceta como en el jardín, a pesar de sufrir el clima cálido, tiene un crecimiento rápido. En la cocina contemporánea, el perejil es muy utilizado para decorar numerosos platos cocinados y crudos, y para condimentar salsas y rellenos.