- 360 g de pasta
- 120 g de tomatitos
- 150 g de níscalos o champiñones
- 40 g de rúcula
- 3 dientes de ajo
- Aceite de oliva
- Queso Parmesano rallado
- Agua para la cocción
- Sal
Lavar y quitar los pies a las setas picarlos en tiras.
Pelar los ajos y picarlos, sofreírlos en aceite unos minutos sin que se quemen.
Añadir las setas y cocinar hasta que estén al dente.
Finalmente incorporar los tomatitos lavados y dejar que se rompan, comprobar de sal y reservar.
Cocer la pasta en abundante agua con sal, dejarla al dente y escurrirla.
Verterla sobre la salsa añadir la rúcula y saltearla unos segundos.
Servir caliente con el queso aparte.
Si no se quiere saltear la rúcula servirla por encima de la pasta en la fuente o plato.
J. M. Occhi - 18 · Enero - 2021
La encontramos en ensaladas, tortitas y en muchos otros platos. Tiene una historia muy rica, que tiene sus orígenes en la cuenca del Mediterráneo y Asia occidental. Planta herbácea anual que adoraban los antiguos romanos, quienes le atribuían propiedades afrodisíacas y preferían utilizarla principalmente con fines medicinales, más que alimenticios. Una de las curiosidades que se esconden detrás de la historia es que sus propiedades afrodisíacas fueron tan importantes que algunos monjes, durante la época del Renacimiento, tras sorber un poco de licor preparado a base de rúcula, dejaron de lado su voto de castidad. Hoy utilizada en muchos platos y salsas de nuestra cocina.
El tomate, durante mucho tiempo, fue considerado una curiosidad botánica para uso ornamental y con prejuicios para uso comestible. Según el conocimiento actual se cree que el centro de origen del género Lycopersicon es el área comprendida en América Latina, entre el norte de Chile, Perú y Ecuador, donde aún hoy es posible encontrar especies silvestres con frutos pequeños. El inicio de su cultivo en los países mediterráneos al siglo. XVI, A principios de los años 60 asistimos al nacimiento de los primeros invernaderos realizados con casetas de caña