Un guiso simple según las verduras que queremos utilizar frescas o congeladas, en este caso las segunda pues muchas de ellas no son de temporada, guisadas y cocidas con la pasta será un plato ideal, fácil para un primer plato.
  • Ingredientes para la receta:

  • 500 g de menestra de verdura, 150 g de fideos gruesos, 100 g de tiras de beicon, 2 dientes de ajos, queso rallado, aceite de oliva, agua para la cocción y sal.


  • Preparación y cocción:

  • Poner agua en una olla y añadir la menestra, dejar que empiece a hervir. Incorporar la pasta y cocer hasta que todo esté en su punto. Pelar los ajos y picarlos sofriéndolos en aceite una vez dorados añadir el beicon y dejar dorar. Retirar agua si fuese necesaria de la cocción y añadirle el sofrito. Rehogar unos minutos y servir caliente con el queso al gusto de cada uno.
    Nota: Podemos utilizar otro tipo de pasta, pero siempre corta y medio gruesa como los fideos.


    J. M. Occhi - 04 · Septiembre - 2023

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    Menestra congelada Si se almacenan correctamente y se consumen en el momento adecuado, las verduras congeladas son una excelente alternativa a las frescas, especialmente en esta época en la que el intenso frío ha arruinado muchos cultivos de invierno y los precios se han disparado. Si el alimento se congela y almacena correctamente, sus propiedades nutricionales, especialmente en lo que respecta a la composición de macronutrientes (proteínas, carbohidratos, lípidos), son las mismas que las de los productos frescos. Pero cuando se trata de productos vegetales, gran parte de su valor nutricional depende de la frescura: cuanto más tiempo transcurre entre la cosecha y el consumo, menos nutrientes quedan en el alimento. En cambio, los que normalmente se encuentran en el mercado a menudo se capturan inmaduros y se colocan en celdas de almacenamiento antes de llegar a los mercados y tiendas, donde quizás permanezcan unos días antes de ser comprados. Esto no sucede con los productos congelados, porque solo pasan unas pocas horas entre el momento en que se cosechan las verduras y se llevan a una temperatura de al menos -18°C. El frío se encargará entonces, en los próximos meses, de mantener casi intactos los principios nutritivos. De hecho, bajo cero, los microorganismos "hibernan" y las reacciones químicas que tienen lugar en los alimentos se ralentizan mucho, aunque no se detengan por completo.


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    Pasta fideuá o gramínea La pasta gramínea tiene su origen en la tradición culinaria de Emilia Romaña. En los primeros años se ofrecía como pasta fresca al huevo, pero luego predominó la versión de pasta seca de trigo duro. Su nombre está ligado al parecido con la semilla de una de las gramíneas más conocidas: en realidad se trata de una especie de bucatini corto y rizado, similar a la planta herbácea llamada gramínea. La alternativa clásica es la paja y el heno, que destaca por su color amarillo y verde, respectivamente, por la presencia de huevo y espinacas. La gramínea es un tipo de pasta corta, caracterizada por la forma inusual de pequeños tubos curvos con una superficie lisa. Los expertos coinciden en que nació de la evolución de los espaguetis con forma de rizo. Muy usada en España para hacer la fideuá o en Italia Gramínea con salchichas y nata.