- 1 manojo de perejil
- 3 dientes de ajo
- 4 tomates deshidratados
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Rehidratar los tomates en un bol con agua durante 30 minutos.
Lavar el perejil, separar las hojas y secarlas.
Pelar los ajos.
Machacar los ajos, el perejil y un poco de sal en un mortero hasta reducirlos a una pasta.
Escurrir los tomates, secarlos y picarlos muy finos.
Añadirlos al majado, continuar machacando y añadir un poco de aceite.
Probar de sal y conservarlo en un tarro cerrado hasta su uso.
J. M. Occhi - 2013 · 2018