- Cabezas de ajo blanco
- Aceite de oliva
- Hojas de albahaca
- Sal
Pelar los ajos y desechar los que estén dañados.
Introducirlo en tarros de cristal.
Lavar y secar las hojas de albahaca y ponerlas con los ajos.
Cubrir con aceite, salar, cerrar y agitar.
Dejarlo en un lugar fresco y seco durante el tiempo de reposo.
Una vez abierto guardarlo en el frigorífico.
Se puede emplear crudo entero, picado o laminado en platos fríos y también para preparar otros guisos en caliente.
También el aceite usado en su elaboración es aprovechable para aromatizar ensaladas, marinados, patatas asadas...
J. M. Occhi - 02 · Julio - 2017