• Han sido comidos desde tiempos ancestrales, muy apreciada por la cocina Francesa en su forma de cocinarlos, la Española con su salsita y tropezones. En los países que se consumen cada uno tiene su forma de cocinarlos y de comerlos.
  • 800 g de caracoles
  • 400 g de tomate triturado
  • 2 dientes de ajo
  • Guindilla o cayena
  • ½ cebolla
  • 100 g de beicon o panceta
  • 200 g de jamón
  • 200 g de chorizo
  • Romero
  • Tomillo
  • Hierbabuena
  • Agua
  • Aceite de oliva
  • Sal

Mantener los caracoles durante dos semanas dentro de una malla para que se purguen.

Lavarlos y meterlos en una cazuela con el agua hasta el borde, tapar y poner un peso encima.

Así salen los caracoles de su concha y sueltan las babas.

Escurrirlos y lavar hasta que queden bien limpios.

Cocerlos en una cazuela con agua, sal y unas ramas de romero durante 15 minutos, puede que haya que cambiar el agua una o dos veces, escurrirlos y reservar.

Sofreír la cebolla y el ajo picados en otra cazuela con un poco de aceite, pocharlos y añadir las guindillas.

Incorporar el chorizo, el jamón y la panceta, rehogar y verter el tomate triturado y una cuarta parte de agua, salar y cocinar a fuego medio unos 20 minutos.

Añadir los caracoles, la hierbabuena, el tomillo y el romero, esperar a que la salsa espese y servir bien caliente.

Se puede añadir a la salsa un poco de zanahoria picada y apio.

Después de cocidos y una vez fríos se pueden congelar para cocinarlos posteriormente.

Mejoran de un día para otro.

Se pueden meter calientes en botes esterilizados, cerrados boca abajo para que hagan el vacío hasta que estén fríos y conservarlos en la nevera de 15 a 30 días.

Se encuentran en grandes superficies lavados y precocidos o congelados.

J. M. Occhi - 2013 · 2018