Si compras el cardo crudo limpiarlo bien quitando todas sus hebras. Si por lo contrario esta limpio y troceado meterlo en agua con sal y cocerlo hasta que este blando. Lo mismo se puede hacer si el mismo es congelado y lo encontraras durante todo el año. Pelar y picar la cebolla y los ajos muy finos Pochar todo en aceite y cuando casi este añadir las anchas escurridas y picadas, dejar que se disuelvan. Añadir los cardos bien escurridos. Diluir la haría en leche templada e incorporarlo al cardo dejar cocinar removiendo y retirar sin que se quede con una salsa media. Servir caliente con perejil picado.
J. M. Occhi - 24 · Mayo - 2023

Cardo Los primeros indicios de la existencia del cardo se encontraron en Etiopía y Egipto. Plinio, en el tratado de Historia Natural, ya catalogaba al cardo como una de las hortalizas de más rica calidad de la época; en el siglo XVIII. El cardo se debe comer cocido: sólo la variedad el cardo blanco y el cardo rosado son aptos para comer crudos. Su sabor particularmente duro y amargo requiere que se someta a un blanqueamiento: las plantas, de hecho, se cultivan en ausencia de luz o, para algunas variedades, incluso se entierran, doblando la planta hacia los lados, hacia abajo y cubriéndola con tierra, permaneciendo así hasta el momento de su recolección. Para el cardo, la helada es esencial: después de una helada, en efecto, su consistencia se vuelve mejor y más tierna

Anchoas Aunque la anchoa se asocia a menudo con la sardina y a veces se confunde con ella, estas dos especies pertenecen a familias diferentes y tienen un aspecto decididamente diferente. La anchoa tiene un cuerpo alargado y esbelto, de sección cilíndrica, desprovisto de la cresta ventral de escamas rígidas presentes en la sardina. Las anchoas tienen buenas carnes que se consumen tanto frescas, rellenas en conservadas de diversas formas: en sal, en aceite, como pasta de anchoas.