• Creo que este puede ser un buen cambio para comer la clásica ensaladilla pues sustituimos el pescado por embutidos todo el resto será igual.

Lavar las patatas y zanahorias y cocerlas en una cazuela con agua hasta que estén tiernas.

Enfriarlas, pelarlas y cortarlas en cubitos.

Cocer los huevos, enfriarlos, pelarlos, cortarlos en trozos pequeños e incorporarlos a las patatas.

Enjuagar los pepinillos y las aceitunas; picar todo en trocitos y añadirlo a las patatas.

Picar los embutidos en taquitos muy pequeños.

En un bol poner la mayonesa necesaria, verter el aceite y batirlo hasta obtener el punto requerido.

Sumarlo a lo anterior añadiendo los embutidos las aceitunas y pepinillos mezclar bien.

Meter en la nevera hasta la hora de servir.

Decorar a la hora de servir en platos individuales con los ingredientes indicados.


J. M. Occhi - 04 · Julio - 2022

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La historia de la mortadela es una historia lejana, que se remonta al siglo I. Originalmente se definió como un alimento noble y por sus excelentes cualidades era un salchichón muy caro, destinado a acabar en las mesas más importantes de toda Europa. En el siglo XIX su consideración cambió por completo, tanto que pasó a ser un producto popular y muchas veces elaborado con carne de baja calidad. Hoy, afortunadamente, la mortadela vuelve a ser sinónimo de bondad y calidad: un salami con un aroma inconfundible, que se produce en grandes cantidades gracias a la combinación de las mejores selecciones de carnes italianas procesadas con especias y aromas naturales en una mezcla única e inimitable. El lugar de nacimiento de Mortadella es en cambio: la ciudad de Bolonia. De hecho, la mortadela también se llama Bolonia precisamente porque fue la ciudad emiliana que dio origen.


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Ahumar y secar la carne posiblemente es el primer tipo de conservación que la humanidad ha inventado hacia el 1.500 a. C. El Arte de preparar embutidos y jamón llegó a España por medio de los Pirineos. Incluso hasta el día de hoy, los Pirineos se les conoce como una región importante para la producción de jamón y embutidos secados al aire en España. Los fríos vientos de la montaña la hacen tener las condiciones perfectas para ello. Prácticamente no hay evidencia escrita que respalde la producción del embutido en Cataluña en la Edad Media. Sin embargo, se dice que la carne y el embutido de igual manera se curaron en Cataluña a comienzos de la edad media y posteriormente se secaron al aire y se ahumaron. Fue hasta el siglo XIX, que los embutidos permanentes catalanes como Fuet y salchichón formaron parte de la tradición de La producción de la Comarca.