- 250 g de huevas de bacalao cocidas
- 250 g de fresones
- Aceite de oliva
- Vinagre de Módena
Lavar, secar las fresas, quitarles el tallo y cortarlas en trozos pequeños.
Cortar las huevas en rodajas.
Mezclar los ingredientes y aliñar con aceite y vinagre.
J. M. Occhi - 16 - Junio - 2018

El fruto de hecho, son las pequeñas semillas que la salpican, mientras que la jugosa pulpa roja, fragante y agridulce, es la transformación de la flor. por lo tanto, las fresas silvestres fueron amadas desde la antigüedad y siempre han representado el fruto del amor por su forma y su color vivo. Se consumían en abundancia durante las Adonìe, fiestas de primavera dedicadas a Adonis y al amor. En la Edad Media se convirtieron en un fruto pecaminoso precisamente por ser considerado afrodisíaco. En los jardines, sin embargo, comenzaron a cultivarse también por su valor ornamental y tuvieron especial éxito en la Francia del siglo XVII, cuidadas por ilustres jardineros e introducidas en los jardines de las casas nobles

Las huevas son una gran concentración de huevos de pescados y otros animales marinos como pueden ser los erizos, las gambas, las cigalas y las vieiras. Son un alimento raro que algunos consideramos un manjar, aunque hay un gran sector de la población que no los considera agradables. Su contenido graso es del 2%, 20% en proteínas, 120 kilocalorías a los cien gramos son ricas en fósforo, hierro, vitamina E y vitamina B. Se emplean en la cocina internacional en multitud de platos y condimentos, incluso crudas con las huevas de esturión como su máximo exponente, el caviar. Varía bastante su forma de condimentación según los países. En España su consumo suele ser cocidas o fritas y las más frecuentes son las huevas de merluza, bacalao, atún, etcétera. Las huevas de atún, otros túmidos, maruca, etcétera son la base de los ahumados como la botarga.